El primer viaje comienza el día 28 de diciembre en el norte de Italia, concretamente en Verbania, un municipio a orillas del Lago Mayor, en
plenos Alpes italianos.
La municipalidad de Verbania está formada por diversos núcleos de población dispersos, el más grande de ellos es Intra, pero hay otros como
Pallanza o Biganzolo. Recuerdo que esto me lo explicó una simpática chica italiana en una parada de autobús, en Intra, cuando le pregunté qué
autobús debía tomar para ir a Verbania y ella me dijo que ¡ya estaba en Verbania!. En realidad lo que quería es ir a Pallanza que era el núcleo
de población dentro de Verbania donde teníamos reservado el hotel.
Nuestro primer día en Verbania estuvo pasado por agua, llovió intermitentemente durante toda la jornada. Parapetados con un buen paraguas, nos dedicamos a recorrer Pallanza e Intra, disfrutar del paisaje del lago Mayor envuelto en la neblina propia de los días lluviosos y de tanto en tanto tomar un buen café con que calentar los huesos.
Yuenan a orillas del Lago Mayor
Al día siguiente, en contraste, el sol radiaba en medio de un cielo azul resplandeciente; ese día
madrugamos y tras desayunar tomamos el autobús de línea en la Piazza Gramsci de Pallanza para ir de nuevo a Intra. Allí alquilamos un taxi para que nos
acercara a la piccola chiesa di Biganzolo San Marco
tal y como le pedí literalmente al autista
(conductor en italiano).
Iglesia de San Marco (Biganzolo) en cuyo cementerio fue enterrado B. Riemann
Esta pequeña iglesia se enclava en la ladera de la montaña que cae hasta la orilla del lago, junto a
ella hay un pequeño cementerio en cuyo interior, entrando a mano derecha, se encuentra la lápida mortuoria de Bernhard Riemann, uno de los matemáticos
más relevantes de la historia.
Esta lápida es todo lo que se conserva de la antigua tumba de Riemann. El cementerio fue remodelado a principios del S.XX y se desconoce dónde están sus
restos.
Cementerio de Biganzolo. Lápida mortuoria de B. Riemann. En mi mano sostengo el libro Prime Obsession de John Derbyshire
Detalle de la lápida B. Riemann, que está escrita en alemán. La última sentencia reza:
Para los que aman a Dios, todas las cosas trabajan juntas para el bien
A modo de curiosidad ...
El 29 de noviembre de 2016, revisando la versión digital de El País, me llamó la atención la noticia de que la mujer más anciana del mundo, Emma Morano,
residía en Verbania, y -según se indicaba- era la última persona viva de nuestro planeta que había nacido en el S.XIX.
Nota añadida el 15-04-2017: Emma Morano ha fallecido en el día de hoy según acabo de escuchar en las noticias.
Tras visitar el cementerio volvimos a Intra y desde allí fuimos en autobús de linea, bordeando el lago Mayor, hasta Suiza. El contraste entre el azul del lago y las montañas nevadas al fondo conferían un atractivo adicional a un paisaje ya de por sí hermoso.
Finalmente llegamos a Locarno, donde en un primer momento teníamos intención de hacer noche; sin embargo, ante el hecho de que en los dos primeros hoteles donde preguntamos tenían el aforo completo, decidimos tomar un tren e ir directamente hasta Zurich, la capital económica del norte de Suiza, ciudad sede del primer congreso internacional de matemáticas que tuvo lugar en el año 1897, y -por citar algún otro dato de entre muchos posibles- lugar principal de predicación de Ulrico Zuinglio, quien junto con Martin Lutero y Juan Calvino son los 3 principales referentes de la historia del protestantismo.
Estatua en honor de U. Zuinglio en Zurich
En Zurich también se encuentra la famosa Escuela Politécnica Federal-ETH, desde cuya sede principal, situada en un alto de la ciudad, se tiene una magnífica visión
panorámica de ella. Cabe reseñar que en esta escuela Albert Einstein (1879-1955), del que hablaremos más adelante, realizó sus estudios
universitarios de física.
Fachada principal de la Escuela Politécnica Federal de Zurich
Tras pasar noche en Zurich, al día siguiente a mediodía tomamos un tren con destino a Basilea, cuna de la saga familiar más conocida de la historia de las matemáticas, la familia Bernoulli y también cuna del matemático más relevante del S.XVIII y el más prolífico de todos los tiempos: Leonhard Euler.
Alrededor de la gran maraña de raíles de tranvía que convergen y se entremezclan en la explanada que hay frente a la estación ferroviaria de Basilea se encuentran varios hoteles. Uno de ellos me llamó la atención de forma inmediata, se llamaba Hotel Euler y allá nos fuimos directamente a reservar habitación.
Imaginaba, aunque finalmente no resultó ser así, que tal vez en la decoración interior del hotel hubiera referencias al matemático. Tras dejar el equipaje
en el hotel salimos sin pérdida de tiempo para aprovechar los últimos rayos de luz que todavía bañaban la ciudad. Nos dirigimos hacia su catedral (Munster)
que se sitúa en una zona alta de la ciudad, sobre el río Rhin.
Lo que me resultó más llamativo de la fachada de la catedral es la representación escultórica del mito de San Jorge y el Dragón.
Parece oportuno señalar que hay muchas otras representaciones en las que la valentía de San Jorge queda más claramente manifiesta.
San Jorge y el dragón(cillo) en la fachada de la catedral de Basilea
A la derecha de la puerta principal de la catedral, se encuentra el claustro, en cuyo interior, es fácil encontrar la placa mortuoria de Jacob Bernoulli (1654-1705), que incluye el dibujo de una línea espiral y la famosa inscripción en latín: EADEM MUTATA RESURGO.
Placa mortuoria de Jacob Bernoulli en la catedral de Basilea. Véase en la parte inferior una espiral y la inscripción latina EADEM MUTATA RESURGO
Primer plano de la supuesta espiral logarítmica en la tumba de Jacob Bernoulli
A modo de curiosidad ...
Comentario aparte merece la falta de destreza con que el escultor plasmó esta supuesta espiral logarítmica, ya que más bien parece una espiral de
Arquímedes o espiral aritmética. En todo caso, dado que no cabe esperar reclamación alguna por parte del interesado, podemos zanjar el asunto señalando que lo
que importa en el caso que nos ocupa es la intención. Veremos un poco más adelante que una situacián similar, pero más sangrante, se repitió con Carl Gauss.
Al día siguiente tomamos un tranvía que nos llevó a las afueras de Basilea, a un lugar llamado Riehen. Leonhard Euler vivió allí desde que tenía unos dos años hasta su adolescencia.
La casa donde pasó Euler su infancia es la que se encuentra justo a la izquierda del árbol en el centro de la imagen, pero la placa conmemorativa en honor a Euler está -como puede apreciarse si uno se fija con detalle- en la casa a la derecha del árbol
Placa conmemorativa de Leonhard Euler
Tras pasar toda la mañana en Riehen, volvimos al centro de Basilea. En la plaza del ayuntamiento había un mercadillo donde aproveché para comprar las aceitunas que, de acuerdo con mi costumbre, tomaría al día siguiente para celebrar el paso de año y dar la bienvenida a 2014. Cerca del ayuntamiento, a continuación de uno de los rincones más pintorescos de la ciudad, se encuentra la iglesia de San Pedro (Peterkirche).
Atractiva imagen de la zona central de Basilea, cerca de la iglesia de San Pedro
En ella están enterrados otros miembros de la familia Bernoulli: Daniel, el hijo de Johann I y amigo de Euler, y Nicolau I, primo de Daniel, y sobrino tanto de Jacob I como de Johann I.
Tumba de Daniel y de Nicolau I
A modo de curiosidad ...
Aunque pasé un buen rato buscando en internet dónde está enterrado Johann Bernoulli (Johann I), no logré averiguarlo. En algún lugar leí que está en la
misma iglesia de San Pedro, en la que está su hijo Daniel, pero no puedo verificar este detelle, ya que no la encontré.
Al día siguiente fuimos en tren a Frankfurt; allí pasamos el cambio de año, haciendo turismo convencional y tomando una buena cena en un restaurante mexicano-español que nos recomendaron en el hotel. Tras la cena, camino al hotel, compramos una botella de cava y con las aceitunas que ya tenía del día anterior en Basilea, celebramos el nacimiento del año 2014. A la mañana siguiente nos desplazamos en autobús a Göttingen; buena forma de empezar el año ir al "silicon valley" de la ciencia del S.XIX y primer tercio del S.XX.
Archiconocida imagen del banco central europeo en Frankfurt
Bonita plaza de Frankfurt
Lo primero que me llamó la atención de esta ciudad fue la inmensa cantidad de bicicletas que había 'aparcadas' en la explanada de la estación. Göttingen, a veces traducida también como Gotinga, es una ciudad universitaria, más bien pequeña, y por tanto multitud de estudiantes -y supongo que no estudiantes también- se desplazan habitualmente en este medio por la ciudad.
Aglomeración de bicicletas en la esplanada de la estación de Göttingen
La parte central de Göttingen, que se corresponde con la ciudad histórica, es un anillo perfectamente delimitado, fuera del cual, la moderna ciudad de Göttingen se extiende en varias ramificaciones, aunque en general, sigue siendo actualmente una ciudad pequeña y accesible. Paseando por el interior del ring, uno percibe claramente la relevancia científica y cultural que tuvo esta ciudad, simplemente viendo la cantidad de placas informativas y conmemorativas sobre los profesores y, en general, gente relevante del ámbito científico que residió y trabajó en la ciudad; en este sentido es un verdadero museo al aire libre.
Casa en que vivió Benjamin Franklin
Casa en que vivieron los hermanos Grimm en su etapa de profesores de la universidad de Göttingen. En la placa, debajo de sus nombres
se indica Dos de los siete de Göttingen
. Más adelante, en el viaje 2, explicaremos a qué hace esto referencia.
Casa en que vivió B. Riemann durante su etapa de estudiante en Göttingen
Casa en que vivió L. Dirichlet durante su etapa de profesor en Göttingen
Desde el punto de vista matemático, hay que destacar sobre todo el hecho de que Carl Gauss estudió y trabajó en Göttingen durante casi toda su vida. Fue director del observatorio astronómico, que todavía está en pie a las afueras de la ciudad antigua. La huella de Gauss está por toda la ciudad, no sólo en el observatorio astronómico, sino en las placas conmemorativas de los edificios en los que vivió antes de que se trasladara al observatorio, en la calle que lleva su nombre, en un medallón con su cara en la fachada del paraninfo de la universidad, en un busto dentro de la recepción de la biblioteca de la universidad, en una suerte de monumento en la propia explanada de la estación en que se rememora su descubrimiento del asteroide Ceres, usando únicamente lápiz y papel, es decir matemáticas, en el cementerio Albanifriedhof donde está enterrado y por supuesto en el Gauss-Weber denkmal, monumento conmemorativo a Gauss y Weber situado no muy lejos de la estación de tren. Veamos a continuación algunas de estas huellas de Gauss en esta ciudad:
Situación actual del Observatorio Astronómico que Gauss dirigió
Monumento a Gauss y Weber en Gottingen
Tumba de C. Gauss
Conmemoración de la primera conexión telegráfica en el mundo; realizada entre el observatorio astronómico de Gauss y el laboratorio de W. Weber
En Göttingen estuvimos 2 días completos. Una tarde, mientras Yuenan se quedó descansando en el hotel, me acerqué al cementerio municipal (Stadtfriedhof), que queda bastante alejado del núcleo central de la ciudad y es con diferencia el de mayor extensión de cuantos cementerios hay en Göttingen. Allí están enterrados buena parte de los matemáticos y científicos en general que hicieron de Göttingen el centro de mayor relevancia científica mundial durante la segunda mitad del S.XIX y el primer tercio del S.XX. En particular hay un rincón denominado el círculo de los Nobel, donde se rememora a más de 10 ganadores de este premio en diversas disciplinas, estando todos ellos enterrados en este cementerio.
Tumbas de W.Weber y de Max Born en el cementerio municipal de Göttingen. Puede apreciarse una fórmula matemática en la de M.Born
Círculo de los Nobel en el cementerio municipal de Göttingen. Incluye entre otros a: Max Planck, Max Born, Von Laue, Otto Hahn
A modo de curiosidad ...
Los premios Nobel se crearon a instancias de Alfred Nobel, químico e ingeniero sueco que hizo fortuna gracias a diversos inventos, incluyendo el de la dinamita.
Legó la mayor parte de su fortuna a establecer un fondo con el que premiar anualmente las mejores aportaciones en física, química, medicina, literatura y paz.
(El premio Nobel de economía, que no estaba indicado en su testamento, se instauró mucho más adelante).
Se dice y escribe a menudo que no existe el premio Nobel de matemáticas debido a que Alfred Nobel se llevaba mal con el mejor matemático sueco de la época,
Magnus G. Mittag-Leffler, y temía que pudiera llegar a ganarlo si lo hubiera instaurado. En todo caso, parece que este rumor tan extendido
no tiene ninguna base histórica verificable, y simplemente Alfred Nobel no consideró las matemáticas, al igual que ocurrió con la música, el dibujo,
el deporte y otras tantas actividades que no tienen un premio Nobel asignado.
En 1936, el matemático canadiense John Charles Fields creó la medalla Fields que actualmente es otorgada cada 4 años por la
Unión Matemática Internacional para premiar las mejores contribuciones matemáticas.
Esta medalla se considera habitualmente como el 'Nobel de las matemáticas', aunque a diferencia de los premios Nobel, sus reglas indican que no puede ser
concedido a ninguna persona mayor de 40 años.
En una de las caras de la medalla aparece la imagen de Arquímedes de Siracusa el indiscutible mayor genio matemático de la antigüedad.
Para acabar el relato de esta etapa del viaje, comentaré una anécdota que me ocurrió en este cementerio: llevaba un buen rato recorriéndolo
y andaba buscando la tumba de David Hilbert (1862-1943) uno de los matemáticos más relevantes e influyentes de finales del S.XIX
y principios del S.XX. El caso es que no conseguía dar con ella, y en cierto momento me crucé con una persona que parecía ser un trabajador de
mantenimiento del cementerio y le pregunté por él. El buen hombre me dijo que le sonaba mucho, pero que no recordaba en ese momento dónde estaba.
Le di las gracias de todas formas y yo proseguí mi búsqueda. Al cabo de unos 15 minutos, ya lejos del lugar donde me había cruzado con aquella
persona, veo que un coche se me acerca (el cementerio es muy grande y está habilitado para que vayan coches por su interior) y para a mi lado.
Lo conducía el hombre al que había preguntado, quien me entregó un plano del cementerio y sobre él me había señalado la tumba que andaba
buscando. Como además en ese momento estábamos lejos de ella, se ofreció a acercarme en coche. Aprovecho desde aquí para reiterarle las gracias
por el detalle que tuvo conmigo.
En la tumba de Hilbert, aunque está muy desgastada la piedra, se puede entrever el mensaje: Wir müssen wissen. Wir werden wissen
(Debemos saber. Sabremos
). El significado de esta frase está relacionado con la visión que tenía Hilbert sobre los fundamentos y el alcance de la
matemática.
Tumba de David Hilbert. En la parte inferior, grabado en piedra, reza: Wir müssen wissen. Wir werden wissen
A modo de curiosidad ...
Si uno busca en internet (acceso directo), puede ver imágenes y
sonido del propio Hilbert cuando ya era anciano, y puede oir de su propia boca, hacia el final del vídeo, la frase que constituye su epitafio.
Tras un par de días muy intensos en Göttingen proseguimos viaje hacia el norte y nos dirigimos a Braunschweig, lugar de nacimiento de Gauss. Braunschweig es una ciudad bastante grande, no tiene -a mi juicio- el encanto de Göttingen, pero su centro histórico es muy bonito.
Pintoresco rincón en Braunschweig
Curiosas casas en Braunschweig
En el centro de la ciudad, se encuentra el antiguo palacio ducal, hoy reconvertido para otras actividades y en la plaza frente al palacio puede verse una estatua ecuestre del duque Carl Wilhelm Ferdinand, que como hemos dicho más arriba, fue mecenas de Gauss en sus años escolares.
Estatua del duque Carl Wilhelm Ferdinand, protector y mecenas del joven C. Gauss
La casa natal de Gauss hace tiempo que no existe, en su lugar hay construcciones modernas, aunque sí existe una placa conmemorativa de su nacimiento. No muy lejos de este lugar, la ciudad ha erigido una estatua de Gauss para honrar a su célebre hijo.
Lugar donde estuvo la casa natal de Gauss. Se puede apreciar la existencia de una placa que conmemora este hecho
Placa conmemorativa en el lugar donde Gauss nació
Estatua en honor de C. Gauss en Braunschweig
En un lateral de dicha estatua, apenas visible, hay una estrella de 17 puntas con la que sin duda han querido desagraviar el hecho de que en su tumba en Göttingen no exista la figura del polígono regular de 17 lados que pidió en sus últimas voluntades.
Estatua de C. Gauss en Braunschweig, donde se observa una estrella de 17 puntas
Detalle de la estrella de 17 puntas en la estatua en honor de C. Gauss en Braunschweig
A modo de curiosidad ...
El lector atento a los detalles habrá visto que las anteriores fotografías de la estatua de Gauss son muy distintas; la primera, frontal está hecha de día,
y las otras dos, con la visión de la estrella de 17 puntas, están hechas el mismo día, pero, de noche. El motivo no es otro que cuando fui a visitar la estatua
no conocía la existencia de ese detalle, y no me di cuenta de él. Luego, por la noche, consultando en internet en mi hotel, supe de este punto, y como al
día siguiente madrugábamos mucho para iniciar ya el camino de regreso a España, aunque fuera ya de noche, volví a acercarme donde está la estatua, para ver
la dichosa estrella.
Además de C. Gauss, en Branschweig nació y murió otro relevante matemático del S.XIX, nos referimos a Richard Dedekind (1831-1916).
Dedekind fue alumno de Gauss en Göttingen, y compañero de estudios de B.Riemann; de hecho dado el caracter profundamente introvertido de Riemann,
Dedekind fue lo más parecido a un amigo que pudo tener en sus años universitarios.
Al acabar sus estudios, pasó a ser profesor en Zurich, y posteriormente volvió a su ciudad natal, donde residió hasta su muerte.
Sus principales contribuciones matemáticas pertenecen al ámbito del álgebra y a la teoría de números. Mediante sus famosas
'cortaduras de Dedekind' explicó de forma lógicamente consistente la formación de los números reales a partir de los racionales.
Entre los colegas matemáticos con los que más contacto tuvo está Georg Cantor (1845-1918), del que hablaremos en el segundo viaje.
Cartel conmemorativo en la casa donde vivió R. Dedekind con su hermana Julie
Richard Dedekind está enterrado en el cementerio Hauptfriedhof de Braunschweig.
Capilla en el cementerio donde descansa R. Dedekind
Tumba de la familia Dedekind en Braunschweig
Tras la muerte de B. Riemann, acaecida como sabemos en Verbania, a orillas del Lago Mayor, fue Dedekind quien se ocupó de redactar una breve reseña biografica sobre él, que constituye hoy en día una de las principales fuentes de información sobre la vida del ilustre matemático. En ella, justo al final, viene recogida la descripción que le dio Elise Riemann, su viuda, de sus últimos momentos, y que aquí reproduzco:
Incluso el día antes de su muerte trabajó en su última y, triste es decirlo, inconclusa obra, descansando bajo una higuera y con gran alegría al contemplar el hermoso paisaje. Su muerte fue muy tranquila, sin aparente lucha o estremecimiento, parecía como si siguiera con interés el proceso de la separación del alma de su cuerpo. Su esposa le trajo pan y vino. El le dio recuerdos para los seres queridos y le dijo, da un beso a nuestra hija. Oró el Padre Nuestro con él, ya no podía hablar, en las palabras "perdona nuestras ofensas" dirigió sus ojos al cielo. Ella sintió enfriarse su mano en la suya y, después de algunas respiraciones más, su puro y egregio corazón dejó de latir.
Richard Dedekind