El viaje de Tunxi a Nanchang lo hicimos en tren nocturno. Habíamos sacado billetes de asiento duro. La experiencia es dura, no dormimos nada, el coche estaba lleno de gente, los asientos no son cómodos y cada media hora pasa algún revisor del tren vendiendo algo a grito pelado -aunque sean las 4:00 de la madrugada- o bien barriendo y fregando el suelo (lo cual es muy necesario pues cada vez que pasaban obtenían montañas de basura).

Nanchang era para nosotros una simple parada técnica en nuestro camino al sur de China. Estuvimos un día, pero no llegamos a hacer noche. Es la capital de la provincia de Jianxi, tiene 4.000.000 de habitantes y su nombre significa prosperidad del sur.

Por la tarde, y después de comer bien, buscamos con la gran ayuda que supone la guía de Lonely Planet un lugar donde poder conectarnos a Internet, para ponernos un poco al día de lo que sucedía por nuestro mundo. Después visitamos un templo taoísta y un palacio bonito de verdad: El pabellón del Rey Saltador.