Viajes por China


Viaje 1: Shanghai

Llegamos a Shanghai a primera hora de la mañana del día 12 de Octubre ,tras un viaje desde Madrid, haciendo escala en Estocolmo y Helsinki.

En el aeropuerto de Pudong cambiamos moneda, creo que cambiamos 600 euros cada uno, lo cual nos proporcionó un buen fajo de yuanes, la mayoría en billetes de 100, aunque, Javier, tan precavido como siempre, se encargó de pedir parte de los cambios en billetes más pequeños.

El trayecto desde el aeropuerto a la ciudad lo realizamos en el autobús número 2; allí vivimos por primera vez algo que luego se repetiría en varias ocasiones a lo largo de nuestros desplazamientos por el interior de China: en el autobús, además del conductor había una chica, perfectamente uniformada, que se encargaba de dar un discurso al principio y al final del recorrido, discurso -en chino y en inglés- que acababa agachando la cabeza haciendo una gran reverencia.

Lo primero que hicimos al poner el pie en la ciudad fue buscar hotel; para ello, decidimos coger el metro -esta primera vez fue algo complicado hacerse entender para conseguir los 3 billetes, no así las siguientes- y fuimos hasta la Nanjing Lu (Calle Nanjing), una de las calles comerciales más famosas no sólo de Shanghai sino de toda China.

En una perpendicular a esta calle encontramos el hotel Nanjing; estaba bien de precio (380 Yuanes por noche una habitación triple) y tenía buena pinta, así que nos quedamos allí.

Estuvimos 4 noches en Shanghai y 2 días completos. Un día hicimos una excursión a la ciudad de Nanjing. Estos 2 días estuvo lloviendo a ratos.

Entre otras cosas, vimos el museo que conmemora la celebración del primer congreso del Partido Comunista Chino en 1921, el Bund, paseo célebre de Shanghai, que se encuentra al final de la Nanjing Lu, y que recuerda el pasado colonial de la ciudad.

El Bund discurre paralelo al río Pu, y al otro lado se tiene una de las vistas más conocidas de Shanghai, con la 'Perla de Oriente' como edificio emblemático. Cruzamos el río en un tren turístico que va por debajo del río -merece la pena la experiencia psicodélica-. También estuvimos en el antiguo barrio chino, reducto para la población china en la époco en que la ciudad estaba dominada por los británicos.

Un último comentario sobre Shanghai, que luego se repetiría por el resto de ciudades en que estuvimos. Los chinos a primera hora de la mañana salen a la calle a hacer ejercicios físicos, se ponen una radio con música y en grupos se ejercitan para recargar las pilas, véanlo: